El arte de mirar lo invisible

¡Muy buenas! 👋 ¿Alguna vez te has parado a mirar un dibujo infantil y preguntarte qué habrá detrás de esos trazos aparentemente simples? Hoy hemos profundizado en eso mismo: las etapas gráfico-plásticas del niño. Una clase que, más que sobre arte, ha sido sobre aprender a ver lo invisible en lo que un niño dibuja.

Primero, hemos viajado al origen de todo: las primeras representaciones humanas. Desde las cuevas, el ser humano ha sentido la necesidad de dejar huella. En el Neolítico, dibujar era una cuestión de supervivencia: las mujeres representaban la fertilidad y los hombres, la caza. Creían que pintar a los animales (toros, bisontes, búfalos) les garantizaba una buena cacería. En el fondo, aquellos dibujos eran deseos convertidos en imágenes. Y si lo pensamos bien, ¿no seguimos nosotros dibujando lo que queremos, tememos o soñamos? 

Con el tiempo, el arte cambió su propósito. En 1900, cuando nació la fotografía, los artistas dejaron de buscar copiar la realidad y empezó una revolución: Renoir, Van Gogh, Picasso… todos demostraron que expresarse era más importante que imitar. Incluso Paul Klee mantuvo un profundo interés por las manifestaciones artísticas de los niños y de las personas con trastornos mentales. Esa conexión se refleja en su obra, caracterizada por una búsqueda de lo genuino, lo espontáneo y lo libre de las convenciones sociales (Felipo Llopis, 2018).



Figura 1. Destroyed Place (1920) de Paul Klee. Reimpreso de WikiArt: https://www.wikiart.org/es/paul-klee/destroyed-place-1920


Figura 2. Evening Shows (1935) de Paul Klee. Reimpreso de WikiArt: https://www.wikiart.org/es/paul-klee/evening-shows-1935



A partir de esa idea, vimos los estadios de la evolución del dibujo infantil que va desde los primeros garabatos, pasando por los monigotes, la representación en grupo, hasta los intentos de representar la realidad. Lo cierto es que poco a poco cada línea va tomando un significado y cuenta una historia, cada color tiene una emoción escondida. Lo más sorprendente es que, a través del dibujo, los niños nos muestran lo que muchas veces no saben decir con palabras. Lowenfeld y Brittain (1980, citado en Rojas, 2012) advierten que forzar al niño a poner nombre o justificar lo que ha dibujado puede resultar contraproducente, ya que limita su espontaneidad creativa. Por ello, debemos ofrecerles un entorno de confianza, apoyo y motivación que le anime a seguir explorando y expresándose libremente a través del arte.


Figura 3. Los dibujos representan la inteligencia 

A continuación, se expone mi análisis de un dibujo infantil:

“MI FAMILIA” → garabato con control
Este dibujo realizado por un niño podría pertenecer a la etapa de garabateo, concretamente al garabato con control. Según pedagogos especialistas en este ámbito, se considera que en este momento experimentan un gran desarrollo, que denominan “paso de gigante”. Esto se puede apreciar en que el niño descubre que puede dejar huella, y entiende la relación que existe entre el movimiento de su mano y lo plasmado en el papel, aunque sigue disfrutando del movimiento motriz que le genera experimentar con diferentes colores. Observando el dibujo, se puede afirmar que pertenece a esta etapa por diversos motivos. En primer lugar, realiza trazos cerrados de forma consciente, como los círculos que se pueden observar en el lado derecho del dibujo. Esto se debe a que avanzan en la articulación y control de la muñeca, y la mayor movilidad de los dedos, le permite realizar formas circulares. Además, se muestra una mejora en la coordinación motriz y el progreso óculo-manual ya que hace líneas, círculos, zig-zag... También, se aprecia que controla la intensidad del trazo al representar zonas ejerciendo una mayor o menor fuerza. Pese a que reciba el título “mi familia” no tiene una intención representativa ni planteamiento previo al inicio del dibujo, ya que lo consideran un acto motor. Sin embargo, cabe destacar la flexibilidad con la que interpretan los dibujos, según Freeman (1997, citado en Urraca, 2015).

Figura 4. Dibujo infantil

Esta sesión me ha removido bastante. El dibujo infantil no busca la perfección, sino la expresión. Y es ahí donde entramos nosotras, las futuras maestras, que debemos interpretar sin juzgar ¿qué sienten?, ¿por qué colocan a su familia en cierto orden?, ¿por qué falta el sol en algunos dibujos? Estos son pequeños detalles que, cuando se observan con atención, nos cuentan muchísimo sobre su mundo interior. También debemos observar cómo sujetan el lápiz, cómo ocupan el papel o cuál es su posición corporal a la hora de dibujar. Todo importa.

Además, me he dado cuenta de que un dibujo puede ser un espejo, tanto para quien lo hace como para quien lo observa. En el aula, no se trata de enseñar a dibujar bonito, sino de crear un ambiente óptimo para poder expresarse. Cuando sea maestra, quiero crear un espacio donde mis alumnos se sientan libres para expresarse sin miedo al “eso está mal hecho”. Porque el arte, al final, es una forma de expresión personal.

Y tú, si volvieras a coger un lápiz como cuando eras niña, ¿qué dibujarías hoy?



Referencias bibliográficas

Buenritmo.familias. (2023). Los dibujos representan su inteligencia [Video]. TikTok. https://www.tiktok.com/@buenritmo.familias/video/7258781981582888238

Felipo Llopis, N. (2018). Desde otra perspectiva: Del dibujo infantil a la obra de arte.

Klee, P. (1935). Evening Shows. Recuperado de WikiArt: https://www.wikiart.org/es/paul-klee/evening-shows-1935

Klee, P. (1920). Destroyed place. WikiArt. https://www.wikiart.org/es/paul-klee/destroyed-place-1920

Rojas, E. M. P. (2012). La evolución del dibujo infantil. Una mirada desde el contexto sociocultural merideño. Educere, 16(53), 157-170.

Urraca Martínez, M. L. (2015). Representación Del Movimiento En El Dibujo: 5-8 Años (Doctoral dissertation, Universidad de La Rioja).




Comentarios

Entradas populares de este blog

Dibujarme para descubrirme

Inspirar, no copiar

Un pedacito de mí